Una cocina de obra es aquella en la que todos los elementos y los muebles están integrados y construidos mediante albañilería. Es decir, no se compran muebles aparte, va todo hecho a medida para las necesidades y gustos de sus usuarios.
Estas cocinas se construyen, no son fabricadas ni compradas en tiendas, lo que significa que ofrecen un espacio totalmente único, duradero y a medida.
Este tipo de cocinas han sido tradicionales en mundo rural. No existía la opción ni el dinero para comprar muebles y adaptarlos a ninguna tendencia; directamente se levantaba todo con obra y se hacía funcionar del modo más económico.
Hoy esta vieja tendencia ha vuelto a recuperarse, y no solo en ámbito rural, también en los pisos de ciudad. Los chalets, casas, fincas y apartamentos tienen una de las mejores opciones que una estancia del hogar puede ofrecerles: la obra. Solo de este modo se consigue una reforma de cocina completamente a medida en cualquier estilo
Características de las cocinas de obra
Además de ser vistosas y prácticas, este tipo de construcciones del hogar ofrecen la mayor resistencia y durabilidad gracias a su elaboración con escayola, ladrillo o microcemento.
Y son precisamente sus materiales los que consiguen que una cocina de obra no sea espacialmente cara. No es su única ventaja: también son extraordinariamente resistentes, duraderas y llamativas.
El único problema de una cocina de este estilo es que no tiene marcha atrás. Una vez se ha construido no se puede cambiar por otra a ni ser que se eche abajo.
Por todo lo demás, la obra siempre va a garantizar todo lo que ofrece una cocina de catálogo; pero con centenares de opciones relacionadas con el diseño: en color blanco, de madera y ladrillo, con suelo laminado, modernas, vanguardistas, de obra rústica, de madera… las combinaciones son infinitas.
Pero hablemos ahora de su mayor virtud: su belleza.
Una cocina de obra permite una capacidad decorativa muy elevada. Por eso pueden adoptar cualquier forma, revestirse de cualquier material: azulejo, ladrillo, mármol… Del mismo modo, admiten todo tipo de complemento del mismo material del que esté hecha: platos, porcelana, etc.
Además, el hecho de poder crear toda la cocina desde cero permite pensar en almacenamientos abiertos.
Esto es una tendencia que está eliminando el uso de armarios superiores para dejar las cocinas más diáfanas y abiertas a motivos decorativos o ventanas que pudieran aumentar la cantidad de luz en la estancia.
Otro de los elementos de qué se puede disponer es la campana de obra. Es posible que esta sea la joya de la corona en cuanto a cocinas de obra. Existen muchas campanas de catálogo que pueden hacer un contraste muy bueno con el resto.
Por lo general, están pensadas para construirse en casas de campo donde puede combinarse madera con ladrillo y donde el espacio es considerablemente mayor al de las cocinas de los pisos en la ciudad.
Sin embargo, están muy de moda las cocinas de obra en pisos pequeños, precisamente por el espacio que ahorran al tratarse de una construcción completamente adaptada.