Las encimeras de madera son solo una alternativa más dentro del abanico de posibilidades que tienes a tu alcance.
Si estás pensando en cambiar tu actual encimera o piensas reformar la cocina, debes saber que tienes a tu alcance una enorme variedad de ellas en cuanto a su constitución: laminadas, de cuarzo, porcelánicas, de cristal, de piedra de lava, de granito, de mármol…
Y, naturalmente, de madera.
Ahora bien, ¿es la madera un material adecuado para tu cocina?
Conviene recordar que una encimera no es más que la pieza superior de un mueble donde se suelen preparar los alimentos y, básicamente, se cocina.
Por este motivo, la madera puede no ser el mejor aliado para un lugar donde la humedad es muy común, se vierten líquidos y donde, seguro, se van a utilizar utensilios cortantes y contundentes.
Sin embargo, se ha avanzado tanto en cuestión de decoración y mobiliario de cocina que cuando hablamos de encimeras de madera ya no nos viene a la mente un madero colocado sobre 4 patas en mitad de la sala, sino un concepto global y homogéneo.
Por eso, vamos a repasar qué hace a la madera atractiva para las cocinas modernas:
En primer lugar, y por curioso que parezca, la madera es el material más usado en las cocinas actuales, por lo que es la favorita en todas las categorías.
Además, es notablemente más barata que otros materiales como, por ejemplo, el granito.
Cuando hablamos de entorno y decoración en la cocina, la madera suele ganar la partida, sobre todo en casas de estilo rústico, nórdico o mediterráneo (muy comunes en España). De hecho, las hay en diferentes tonos, no solo en el marrón clásico propio de tronco del árbol; sino en blancos mate, grises, beige…
La belleza y la elegancia son, por tanto, las características más valoradas en este tipo de productos.
Por otra parte, la madera es el material natural por antonomasia. Tiene antibacterianos naturales que evitan el uso de materiales sintéticos; algo que está muy en sintonía con personas interesadas en la bioarquitectura y el biointeriorismo.
Sin embargo, no todo son vítores y alabanzas; también hay quien no las quiere en la cocina por diferentes razones:
La primera, el mantenimiento: otros tipos de encimeras no necesitan los cuidados que precisa la madera. Solo por eso es posible que pueda resultar algo incómoda.
La segunda, la resistencia: la madera es tan hermosa como poco resistente al paso de los años y los impactos. Los golpes, cortes o vertido de líquidos pueden desgastarla enormemente con el paso del tiempo; por eso exigen el mantenimiento que otras no tienen.
En este sentido es importante elegir un tipo de madera que, por su condición, resista mejor que otro el paso del tiempo y, sobre todo, la humedad, por ejemplo: la caoba, la teca, el nogal, el roble o la haya. Y cuidarla con barnices, aceites e, incluso, lijados cuando proceda.
Esta característica, que para unos puede ser un impedimento y para otros un acierto, hace que este tipo de encimeras se sientan vivas; dado que gracias a este mantenimiento será posible, de hecho, renovarlas cada cierto tiempo sin tener que comprar una nueva.
Por eso, si estás pensando en algo que ofrezca una estética muy potente y quieras disfrutar sin condiciones durante muchos años, las encimeras de madera son el producto perfecto para ti.